El Centinela de Piedra

Ackon-Cahuac, "centinela de piedra" en la lengua de los incas, es el origen del actual nombre de Aconcagua, célebre montaña andina de 6.972 metros de altitud. Techo del continente americano, el Aconcagua combina de una forma muy particular gran altitud con una relativa accesibilidad de su ruta normal, y debido a esta característica atrae tanto a alpinistas expertos, dispuestos a medirse con su vertiginosa pared sur, como a numerosos montañeros de nivel medio, que acuden de todas partes del mundo para iniciarse en la escalada a gran altitud. A este segundo grupo pertenecen los protagonistas del libro, una miniexpedición de amigos -tres navarros y un francés, todos ellos curtidos en el Pirineo y en los Alpes- y una joven chilena, para quien el Aconcagua representa la primera experiencia montañera. Sus vidas se cruzan inesperadamente por mediación fortuita de un diario muy personal, y bajo la sombra del gigante andino vivirán juntos inolvidables experiencias. En ellas la belleza y la felicidad se mezclarán con la tragedia, como sólo ocurre en el mundo de las altas cumbres, y sobre todo en aquéllas que están habitadas por fantasmas... Dice la leyenda que entre las nieblas del Aconcagua habita el Futre, un individuo vestido de frac y chistera, que desvía a los infortunados aspirantes a la cima del Aconcagua de sus caminos y hace que se pierdan en la inmensidad de las paredes del Cerro. Claro que a veces no es fácil distinguir entre leyenda y realidad... El centinela de piedra, primera novela de Álvaro Osés ganó el Premio Desnivel 2003 de Literatura de Montaña, Viajes y Aventura.